Los artistas del mundo de los títeres y los amantes de las artes lloran la partida de Thieri Foulc. Le debemos la edición final titánica de la Enciclopedia Mundial de Artes de la Marioneta, iniciada por el historiador Henryk Jurkowski. Era un nuevo desafío para él, que dominaba con una sensibilidad refinada.

Thieri Foulc tenía muchas cuerdas en su lira. Sobre todo, fue un creador de imágenes y poemas, buscando constantemente la calidad suprema, en sus escritos (Peintures non peintes, Vian et la pataphysique, Le massacre des innocents, etc.), en la primera gran instalación, junto con Nicole, su esposa , de cortinas transparentes habitadas por enormes cuerpos de sombras o como en sus discursos, por ejemplo en el lanzamiento de mi libro Le théâtre au bout des doigts.

Además, y quizás sobre todo, era un eminente Patafísico. Su estudio, rue du Volta en París, siempre estaba abierto, con amigos de todos los caminos de la vida, desde Arrabal hasta Jasia Reichardt, Themerson Estate. Había conocedores tanto del absurdo como del infinito, es decir, el mundo del padre Ubu, inventor de la Ciencia de las soluciones imaginarias.

En la reciente y generosa cena de Thieri y Penélope, una de las invitadas, Elisabeth, mencionó que le gusta cocinar siguiendo los colores. Thieri luego ordenó una comida azul. Elisabeth logró encontrar una planta azul en Chiangmai y la llevó a París para ofrecerle a la amiga un plato azul. Demasiado tarde, por desgracia. . . tal vez en otro momento.

Michael Meschke